Tras una expansión nominal de aproximadamente el 2,5 % en 2024, se prevé que los saldos aumenten un 5,3 % para finales de 2025. Este repunte se verá impulsado por la recuperación económica en curso y el fortalecimiento gradual de las finanzas de los hogares de bajos ingresos, lo que debería reducir aún más las tasas de morosidad.