En el 2026, la economía peruana crecerá 3,2%, un ritmo similar al de 2025, pese al riesgo electoral
En el 3T2025, la economía creció 2,5%, un ritmo menor al observado en los primeros meses del año.
El último jueves, el ejército ruso inició una operación especial militarizada en territorio ucraniano por órdenes de su presidente, Vladimir Putin. A una semana de la invasión, lamentablemente, no se avizora el fin del conflicto y las consecuencias para la economía mundial siguen siendo inciertas.
El efecto inmediato del conflicto ha sido un incremento generalizado en los precios de commodities en los que Rusia y Ucrania son productores relevantes, como el petróleo y el trigo, pero también en otros, como el oro, por su rol como reserva de valor. Así, hasta el momento, el impacto de corto plazo más importante para la economía peruana sería el incremento generalizado en costos de producción, que, de mantenerse, afectará los márgenes de las empresas y la capacidad adquisitiva de las familias.
El petróleo Brent (referencial en Europa) alcanzó recientemente su máximo nivel en siete años (US$113 por barril). De la misma manera, se han incrementado los precios de los principales granos (maíz y trigo), mercados en los cuales Rusia y Ucrania se encuentran entre los principales 10 productores. Los precios del carbón –insumo para la fabricación de acero– y del aluminio también tuvieron incrementos importantes.
De mantenerse estos precios, los mercados vinculados a la alimentación, envases, materiales de construcción y fertilizantes estarían entre los más afectados por los mayores costos.
Las empresas relacionadas al consumo, tanto dentro como fuera del hogar (desde fabricantes hasta restaurantes), se verían afectadas por el aumento del precio del pollo, aceite, pan, harina, entre otros, a consecuencia del incremento en los precios de los granos. Por su parte, los fabricantes e importadores de envases plásticos y metálicos también se perjudicarían dado que los insumos para la producción son derivados del petróleo o gas natural, o son de acero.
Asimismo, los mayores precios de los fertilizantes afectarían negativamente los márgenes de la agroindustria –en la que representan entre 15% y 20% de los costos de producción– y del sector agrícola en general. En cuanto a los materiales de construcción, las tuberías –que utilizan resinas plásticas para su fabricación– y los productos de acero serían dos de los bienes más afectados.
Si los precios de los combustibles se mantienen altos, esto afectaría a todas las industrias de forma trasversal, aunque los incrementos serían parcialmente amortiguados por el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), con el costo fiscal que esto implica. Las empresas enfrentan esta situación en un contexto en el que los costos ya estaban en niveles muy altos, lo que dificulta aún más el traslado completo de estos hacia el consumidor final, por lo que sus márgenes se verían afectados.
Los posibles mayores precios reducirían la capacidad adquisitiva de las familias, principalmente las de menores ingresos.
Solo manteniendo los precios actuales del petróleo y granos en lo que resta del año, la inflación promedio de alimentos y energía aumentaría en, al menos, un punto porcentual adicional con respecto a lo estimado. El gasto en alimentos, transporte y energía representa el 58% del presupuesto de los hogares y el 66% en los de menores ingresos (segmentos socioeconómicos DE). Asimismo, esto afectaría más a familias en regiones fuera de Lima.
El posible incremento de la inflación podría derivar en un aumento mayor de la tasa de interés del BCR hacia fin de año y en medidas populistas desde el Ejecutivo y el Congreso.
Por el lado de la tasa de interés, se proyecta que será 4,5% para el cierre del 2022 (a la fecha está en 3,5%), pero esta podría ser, por lo menos, medio punto mayor. Por su parte, el Gobierno podría aprobar nuevos desembolsos de bonos, ampliar subsidios para apoyar a familias de menores ingresos o modificar el FEPC; mientras que el Congreso podría impulsar medidas populistas e inefectivas como nuevas liberaciones de fondos de pensiones o CTS.
Las implicancias del conflicto sobre la economía mundial y la peruana dependerán de su duración e intensidad, lo cual ahora es muy difícil de anticipar. Diversos factores, cuyos impactos no se pueden predecir, podrían cobrar mayor relevancia, como un posible incremento del gasto en armamento, ciberataques, involucramiento de más países, entre otros. Por el momento, los impactos sectoriales parecen ser más relevantes que los impactos a nivel macroeconómico. Sin embargo, esto puede cambiar dependiendo de la evolución del conflicto.
Jefe de Investigación
Jefe de Análisis Sectorial
Analista
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